jueves, 25 de enero de 2018

'Sé que estás viva', de Nacho Abad: muy interesante y absorbente

    
     "-Cuando te acercas al final de tu vida -le dijo filosófico mientras le hablaba de su vuelta a la isla-, te das cuenta de que lo verdaderamente importante no es el dinero ni el poder, sino tener a tu alrededor a gente que te quiera por lo que eres, no por lo que tienes".

    Está es una novela que se lee de principio a fin, sin despegarse de sus páginas hasta que finaliza la historia. Una trama bien elaborada y con un final inesperado.

    Es muy interesante y absorbente. Su personaje principal podría tener la cara de Peter Coyote, vestir como Colombo y hablar como Wallander. Germán Carrasco es un inspector destacado, ahora condenado al ostracismo por un error que no fue tal.

    "Y la famosa opinión pública -continuó su marido-, los medios convertís en borregos a los consumidores de noticias. Habría que potenciar su sentido crítico y de análisis, pero solo les vendéis ideas sencillas de consumo fácil que no animan a la reflexión. Muestra sociedad va camino de la estupidez más absoluta".

    Llamado a la cárcel por un esposo maltratador, rico y prepotente deberá decidir si reabrir el caso que lo llevó a la trena tras asesinar brutalmente a su mujer. Nada es lo que parece.

    Lo único que tal vez sobra son algunos diálogos y descripciones de los encuentros de Germán con sus mejores amigos, dos inspectores de Arganzuela, que nada aportan a la trama.

    "-Puede haber alguien que lo crea alguna vez y me obligue a tomar burundanga para confirmarlo. Quizá durante ese interrogatorio cuente algo de mi intimidad que el investigador no tenga derecho a saber. Nuestro mundo interior, nuestros pensamientos, creencias e ideas deben permanecer libres, sin correr el riesgo de ser sometidos a escrutinio".

    Pero eso es 'pecata minuta' en una historia que se plantea el uso o abuso de la ética periodística a la hora de tratar crímenes mediáticos o en los que se implica a famosos, los juicios paralelos y la presión social sobre jueces y jurados populares. 

    También hay una crítica implícita al mundo del famoseo -en este caso literario-, a los abusos de poder de editores sobre escritoras, y a la utilización de las armas de mujer para conseguir fines poco decorosos.

    La investigación de Germán es apasionante. Queremos saber qué ocurrió realmente. Si todo fue como dictaminaron los jueces. Y vemos que los policías a veces deben saltarse la ley por un bien superior. ¿Es eso lícito?

    Muy entretenida. Con capacidad de imbuirte al máximo en la trama. Y con golpes de mano y secuencias duras y tremendas. Muy recomendable.

    PD: Genial el encuentro entre los dos policías de Arganzuela y el presidente de la asociación de mayores. Un momento muy de Eduardo Mendoza.

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