sábado, 5 de mayo de 2018

'En medio de la muerte', de Lawrence Block: un clásico exquisito

    "En el camino de vuelta por los pasillos, el guardia me preguntó:
       
       - Usted ha sido policía, ¿verdad?

       - Lo fui un tiempo.

       - Y ahora trabaja para él.

       - Así es.

       - Bueno, no siempre se puede escoger para quién se trabaja -dijo con sensatez-. Y uno tiene que ganarse la vida.

       - Esa es la pura verdad."
        
    Aroma y sabor a clásico. Así es 'En medio de la muerte', de Lawrence Block, una novela negra pata negra. Ambientada en el Nueva York de los años 70, cuando los policías eran tan corruptos como los delincuentes, narra la andanzas de un exinspector metido a detective oficioso.

    "En la esquina, una anciana echaba migas a las palomas y les dedicaba arrullos mientras comían. Tengo entendido que hay una ordenanza municipal que prohíbe dar de comer a las palomas. En el Departamento de Policía solíamos citarla de ejemplo cuando les explicábamos a los novatos que existen leyes que hay que hacer cumplir y leyes de las que te puedes olvidar".

    Matt Scudder no utiliza la violencia, aunque la ejerció durante sus quince años de policía, cuando bebía como un cosaco y se dejaba sobornar medianamente. Scudder vive entre bares, prostitutas y encargos de medio pelo. 


  "- Las cosas siempre van a peor.
        
        - No te lo voy a discutir. Existe un movimiento de protesta para obligarlos a seguir con una política de emisión de música clásica. Supongo que no servirá de nada, ¿no crees?
        
        - Nada sirve nunca de nada. -Negué con la cabeza.
        
        - Vaya, estás de un  humor espléndido esta noche. No sabes lo que me alegra que hayas decidido venir aquí a irradiar dulzura y alegría en vez de quedarte encerrado en tu habitación".

    Este perdedor que provoca las simpatías de los lectores se mantiene a flote a pesar de las duras cargas que soporta. Vive en un hotel desvencijado desde donde investiga la extorsión de una meretriz de lujo a un agente corrupto que quiere testificar ante el fiscal anticorrupción.

  "- Los hombres somos animales raros.

        - Oh, los hombres y las mujeres, cariño. Te diré una cosa: todo el mundo es raro, en el fondo todos perdemos el control. Unas veces es algo sexual, y otras es algún otro tipo de rareza, pero de una forma u otra, todos estamos locos. Tú, yo, todo el mundo".

    Desde luego es una novela exquisita. Se lee con placer. Es ágil y contiene mucha sabiduría vital. Después he visto su espíritu en los libros de Walter Mosley.

    Voy a seguir leyendo las obras de Block de la serie de Scudder porque dentro de su desesperanza y decadencia brilla un ápice de ilusión y amor por el prójimo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario